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Camboya: qué sorpresa, qué belleza!

27 Dec

Varios países eran casi desconocidos para nosotros antes de hacer este viaje alrededor del mundo, pero quizá del que menos habíamos escuchado había sido de Camboya. Era tan poco lo que sabíamos, que ni tan siquiera teníamos claro el nombre correcto en español, creimos por muchos días que el país se llamaba Cambodia como en inglés.

Decidimos visitar este país después de leer un itinerario sugerido que hacía una guía Lonely Planet en el sudeste asiático y de ver que en varias fuentes de internet y libros, incluían a Siem Reap y a los templos de Angkor Wat como dos de los lugares calificados como “infantables” en una visita a esta zona del mundo. Hoy no tenemos la menor duda, Camboya es un país que vale mucho la pena conocer y no estaban equivocados los que lo recomendaban.

Pero no son solo sus extraordinarios lugares lo que hace atractivo a Camboya, es su gente quizá lo más hermoso del país. Los camboyanos han sufrido una muy reciente historia de horror que llevó a que un regímen autoritario, irracional y asesino exterminara en apenas cuatro años a una cuarta parte de su población llevando a que hoy en día un 70% de la población sea menor de 25 años y a que el país perdiera de un soplo todo su capital de intelectuales. De estos hechos no han pasado más de 40 años y la memoria de esta tristre masacre sigue muy viva en la mente y corazones de su gente. Sin embargo, nada se interpone en el medio de un camboyano para recibir con una gran sonrisa al visitante. Encontramos gente muy amable, servicial y sencilla en nuestro paso por este país; gente y sonrisas que esperamos atesorar en nuestro corazón por mucho tiempo.

A continuación el relato de la semana y media que estuvimos en Camboya.

Paso de Frontera

Para cruzar la frontera desde Tailandia a Camboya nos preparamos a fondo leyendo la guía y los foros de los viajeros que hacían referencia a este temido cruce; temido porque son conocidos y recurrentes las estafas (scams) de las que son víctimas los extranjeros que deben pasar por ahí. Tomamos todas las precauciones del caso, entre ellas, sacamos la visa a Camboya por Internet, a través de un eficiente y ágil proceso en línea; esto nos permitió llegar a la frontera y sortear la primera trampa: en el lado de la frontera perteneciente a Tailandia hay oficinas con apariencia formal e individuos bien vestidos que abordan a los turistas que no tienen visa y les dicen que allí la pueden obtener, les entregan formularios y les cobran por la supuesta visa, pero cuando estos extranjeros llegan al lado de la frontera de Camboya se encuentran con la oficina verdadera para sacar la visa, y tienen que volver a tramitarla y volver a pagar! Vimos con asombro toda esa película pasar ante nuestro ojos y a más de un ingenuo caer redondo!

La segunda prueba era encontrar un taxi seguro y oficial que nos llevara desde la ciudad fronteriza de Poipet a Siem Reap, ciudad pequeña en Camboya en la que nos hospedaríamos. Poipet dificilmente puede ser más deprimente y feo, eso sumado al asedio de supuestos taxistas que se sufre apenas uno ingresa al país, hace que sea dificil diferenciar a los buenos de los malos.Nos unimos a una pareja de franceses para compartir el gasto y para sortear en grupo la búsqueda del transporte. Al no poder identificar cuáles eran los taxis seguros decidimos caminar varias calles y salirnos de la “zona caliente” del paso de frontera, para pensar un poco y tratar de encontar una solución que nos fuera satisfactoria.

Desde que empezamos a caminar, se nos “pegó” un  individuo que nos decía que su taxi era oficial y que él nos podía llevar sin pedir dinero por adelantado (otra advertencia era no pagar el taxi por adelantando). Después de casi un par de horas de negociación y de ver cómo este personaje tuvo que darle plata a un par de corruptos policías que le piden “tajada” a los taxis cuando logran pescar un viaje, emprendimos el viaje de dos horas y media hasta Siem Reap con el supuesto “hermano” del señor con el que negociamos pagar en Baths (moneda de Tailandia).

Taxi que tomamos de Poipet a Siem Reap

Una vez llegamos a Siem Reap, vino la tercera trampa: habíamos leído que el conductor pararía y nos diría que teníamos que tomar un tuk-tuk para ingresar a la ciudad porque él no estaba autorizado, todo para que el conductor de tuk-tuk “hiciera su agosto” con los incautos turistas al cobrarle 4 ó 5 veces más el costo del transporte hasta el Hostal. Efectivamente, así sucedió, paró en frente de un grupo de tuk-tuks y nos dijo lo que ya sabíamos! Juan Pablo, mostrándose muy seguro, le dijo con voz y mirada firme: “Yo he estado acá tres veces y sé que usted si puede entrar, si no nos lleva hasta el Hostal, no le pagamos!”. El francés apoyó la iniciativa y el conductor al verse sin opción, nos llevó hasta el Hostal, o sea que sí podía ingresar a la ciudad! Y por último, el supuesto hermano, que resultó no ser pariente del negociador inicial, no aceptó la posibilidad de pagar en Baths, solo recibía dólares, y tardamos otra media hora entre tratar de convencerlo y buscar una oficina de cambio para que él tuviera sus dólares, o de lo contrario, no nos entregaría el equipaje! Fue increíble ver cómo todas las posibles estafas sucedieron y, lo mejor de todo, cómo las esquivamos todas! Resultado final: Estafadores: 0 – Juan Pablo & Mónica: 3!!

A propósito, si alguien va a llevar a cabo este paso de frontera no deje de visitar la siguiente página de internet, rica en información y consejos para no caer en trampas y tener un viaje sin inconvenientes: http://talesofasia.com/cambodia-overland-bkksr-self.htm

Los Templos de Angkor: hermosos ícono de la cultura camboyana

Una vez instalados en Babel, un confortable hostal en el que nos hospedamos durante los seis días que estuvimos en Siem Reap, organizamos nuestro itinerario que comprendía tres días de visita a los templos de Angkor y a sus alrededores, navegación en bote por los canales de una villa flotante, y se nos colaron dos días más en los que Juan Pablo estuvo muy enfermo, hasta el punto que pensamos que tenía síntomas de malaria, pero luego de visitar el hospital, se descartó todo y lo que tenía era una fuerte infección de garganta acompañada de fiebre alta. Fue así como tuvimos una larga estadía en este sitio, del cual nos quedamos con gratas e impactantes memorias de su gente, de su patrimonio, cultura e historia.

Luego de recorrer el norte de India, visitar algunos de sus templos y apreciar de cerca la espiritualidad de los hindús, jamás nos habríamos imaginado que los monumentos y templos de Angkor (significa: ciudad) cerca de Siem Reap en Camboya representarían un punto de conexión increíble entre el hinduismo y el budismo. Fue en este recorrido por los templos que encontramos explicación a varios de los elementos de la mitología del hinduismo que habíamos visto en India. Como ejemplo, el principal templo, Angkor Wat (Ciudad del Templo), fue dedicado originalmente al dios hindú Vishnú aunque durante varios siglos fue preservado por monjes budistas. Cada rey cambiaba elementos de los templos dependiendo de su devoción, si era hindú, Vishnú y Shiva se destacaban en los tallados y si era budista prevalecía Buda y se ocultaban las manifestaciones del hinduismo. Sin embargo, la religión original y primitiva con la que fueron elevados estos monumentos era fundamentalmente politeísta y muchos de ellos se construyeron en honor a los reyes, que se consideraban de procedencia divina; el hinduismo fue llevado por los mercaderes hindús que pasaron por allí, y la construcción vertical de algunos templos simbolizaba el ascenso a la “montaña sagrada” donde habitaban los dioses del hinduismo. Cuando primó el budismo, hacia el siglo XII, las construcciones se hicieron más planas y las imágenes de Buda fueron erigidas en los templos.

Angkor Wat está considerado como la mayor estructura religiosa jamás construida, y uno de los tesoros arqueológicos más importantes del mundo. Es así mismo el templo más grande de todo el complejo de Angkor y el mejor conservado.

Vista del Templo de Angkor Wat

Vista Panorámica de la entrada de Angkor Wat

Frontal del templo de Angkor Wat

Frente a Angkor Wat en medio de un día MUY caluroso

En cualquier esquina de Angkor Wat

El buda recostado dentro de Angkor Wat

Biblioteca en Angkor Wat

Muchos de los templos datan de épocas cercanas al año 1100 D.C. y muchos quedaron enterrados y ocultos entre la espesa selva camboyana luego de haber sido abandonados o destruidos; producto de una labor magnífica de recuperación y restauración en la que el gobierno francés ha tenido un papel protagónico, es que se puede apreciar las figuras claras de lo que alguna vez fueron estas construcciones. Otros quedaron abrazados por las poderosas raíces de árboles centenarios, y ahora lucen encantadores y tenebrosos, como para una película de Hollywood (En Ta Pronh o “Templo de la Jungla” de hecho se rodó la película Thom Rider con Angeline Jolie).

Templo de Ta Pronh (Templo de la Jungla)

En Ta Pronh, hermosa convivencia entre naturaleza y arquitectura

Famosa escultura que se asoma en medio de un árbol en Ta Pronh

Grupo musical camboyano víctimas de las minas antipersona del regimen de los Jemeres Rojos

Uno de los templos más famosos y hermosos del complejo de Angkor es el Templo de Bayón. Fue construido a finales del siglo XII o comienzos del XIII como el templo oficial del rey budista Jayavarman VII en el centro de su capital, Angkor Thom. Después de la muerte del rey posteriores reyes hindúes y budistas theravadas lo modificaron de acuerdo con sus preferencias religiosas, pero nunca perdiendo su encanto.

El Templo Bayon fue el último templo en construirse en Angkor y el único templo budista Mahayana dedicado a Buda. Fue el centro del monumental programa de construcción del rey Jayavarnman VII, responsable también de muchos otros templos, pero es el más impresionante y su rasgo principal es la serie de gigantescas caras, 216 para ser precisos, que están en las torres y que se suman a las estatuas del propio rey.

Según algunos investigadores estas caras representan al mismo rey pero otros dicen que las caras pertenecen a iluminados. No se han puesto de acuerdo aún, pero sí se sabe que después de la muerte del poderoso rey el Bayon sufrió algunas alteraciones y adiciones en manos de los siguientes monarcas.

Vista del Templo de Bayón

Imagen budista al interior del Templo de Bayón

Con una de las más de 200 caras del Templo de Bayón

Con nuestro amable y sonriente guía

Mónica en el tuk tuk. Con guía y conductor hicimos amistad.

Esculturas de Angkor

Visitamos también el Templo de Banteay Srei que es un templo del siglo X dedicado al dios Shiva. Este templo es el único de todo el complejo de Angkor que fue construido por mujeres y es uno de los más bonitos. Fue construido con una piedra de arenisca roja y aunque es un templo más pequeño que varios en Angkor vale mucho la pena visitarlo ya que es considerado la obra maestra dentro del arte clásico jemer.

Mónica a la entrada de Banteay Srei

Detalle de uno de los arcos del Templo

Vista exterior del Templo de Banteay Srei

JP en uno de los arcos del templo que aún permanecen en pie

Detalle de las torres del Templo Banteay Srei

Detalle de una de las paredes del templo

Un templo muy especial es el de Kbal Spean (Cascada) que a diferencia de todos los demás se encuentra sumergido en el agua, más exactamente en el río del mismo nombre a 25 kilómetros de distancia de los templos principales de Angkor. El sitio consiste en una serie de esculturas talladas en las piedras del río en las cuales se se encuentras escenas y símbolos mitológicos Hindúes.

Llegando a Kbal Spean

Detalle de una de las paredes a la orilla del río Kbal Spean

Esculturas debajo del agua en Kbal Spean

Con la guía camboyana que apareció de la nada mientras estábamos caminando el complejo

Peluquería en el camino de regreso

Preah Khan fue otro de los templos que visitamos.

Torre en el Templo de Preah Khan

Un descanso en Preah Kanh

Cultivo de arroz de camino a Siem Reap

Cerca a Siem Reap también visitamos la aldea flotante de Kompong Pluk.

Niño en aldea flotante de Kompong Pluk

Típica casa flotante de Kompong Pluk

Aldeano transportando mallas de pesca en Kompong Pluk

Niño en chalupa en Kompong Pluk

Este tuk tuk nos transportó por todas las bellezas de Angkor

El Genocidio Camboyano

En nuestra exploración por los templos de Angkor en Siem Reap, ya habíamos tenido nuestro primer acercamiento con el terrible pasado reciente de los camboyanos, el régimen de los Jemeres Rojos que azotó a Camboya desde abril de 1975 a octubre de 1979, y que acabó con una cuarta parte de la población (alrededor de 2 millones de personas fueron aniquiladas). En los templos más turísticos pudimos observar personas mutiladas víctimas de las minas antipersonales tocando instrumentos musicales para recibir donaciones de los turistas, fue impactante y doloroso. En un momento nos encontramos con lágrimas en los ojos imaginando que no solo perdieron alguna parte del cuerpo o alguna función vital, sino que también perdieron algo de sus voluntades, algo más profundo; y más doloroso aún fue recordar a nuestros soldados y campesinos colombianos, aquellos que están sufriendo la misma tragedia y que han sido víctimas de esta terrible práctica de guerra. ¿Será que la sociedad colombiana es consciente de esta realidad y del dolor de nuestros soldados y sus familias, o es algo cotidiano que se nos escurre entre las manos y cuya indiferencia lamentaremos el día de mañana?

Una vez que salimos de Siem Reap estuvimos en la capital de Camboya, Phnom Penh, y nos dimos a la tarea de conocer más a fondo el régimen que dio pasó a tanto horror. La “Caída de Phnom Penh” en abril de 1975, significó el fin de la dictadura militar vigente en el país desde 1970, y la subida al poder del “líder” Pol Pot y su organización guerrillera, los Jemeres Rojos, bajo la figura de República Popular. Este régimen se enfocó en destruir todo lo que tuviera que ver con modernidad y cultura urbana y se volcó a un sistema económico puramente agrario. La población civil fue forzada a trabajar en los campos de cultivo de arroz (bajo la consigna de recuperar la cultura ancestral camboyana), y fueron víctimas de tortura y asesinatos en masa y selectivo; los intelectuales (enemigo interno) fueron especialmente perseguidos y aniquilados, a tal punto que una vez terminado el régimen, la población más rural no quería estudiar por miedo a que el régimen regresara y los asesinaran. Poco a poco Camboya se ha ido recuperando de las secuelas que dejó esta etapa, pero es una historia muy reciente que requerirá muchos años más para construir y educar nuevamente a una generación completa de intelectuales y sanar las heridas en quienes vivieron ese horror. En Phnom Penh, capital de Camboya, decidimos no ir a los “Killing Camps” (Campos de la muerte) museo que recoge los restos de miles de personas que fueron asesinadas.

Hay realidades históricas que no caben en la cabeza: ¿Cómo es posible que apenas finalizada la guerra de Vietnam en 1975, el país vecino se vio enfrentado a un genocidio de tales proporciones? Desconocíamos esta historia, y seguramente muchas personas de nuestra generación la desconocen. La segunda guerra mundial y la guerra de Vietnam son famosas, no solo porque el horror que vivieron los pueblos implicados y destruidos, o por las vidas que allí se perdieron, o por las naciones protagonistas, sino porque han sido conflictos llevados al cine una y otra vez. Esta masacre no fue tan conocida, y creo que tampoco llevada al cine, pero el mundo no puede olvidar que alguna vez existieron personas dementes, con una maldad profunda en sus corazones que fueron capaces de acabar pueblos enteros, y que doblegaron la voluntad de masas para cumplir sus objetivos. No, no se puede olvidar! Las generaciones actuales y futuras somos responsables de no permitir que se repita.

De turismo por Phnom Penh

Phnom Penh fue una ciudad que nos sorprendió gratamente. Llegamos muy prevenidos por todas las advertencias que habíamos leído en las guías, la dibujaban como una ciudad algo peligrosa. Sin embargo, nuestra estadía fue muy agradable y no tuvimos incidente alguno. Pudimos visitar tranquilamente algunos de sus lugares turísticos como el Museo Nacional, el Palacio Real y la famosa Pagoda de Plata.

Anécdota: no sabemos que pasó pero perdimos las fotos de Phnom Penh… tocó volver! Pero los dejamos con la foto más hermosa tomada en los templos de Angkor. Fue hecha a escondidas por no saber si a los monjes les gustaba que se les fotografiara.

Dos monjes budistas caminando en las afueras de Angkor Wat

*     *     *

Camboya es un país al que sin duda regresaríamos y que recomendamos visitar. Pasamos unos maravillosos días allí y no hay duda que con las inversiones que está recibiendo el país en el campo turístico, el descubrimiento de nuevos templos en Angkor, la apertura de nuevos lugares turísticos y la bondad de su gente, se convertira en una gran potencia turística del sudeste asiático y del mundo.

 
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Posted by on December 27, 2011 in Asia, Camboya, Sudeste Asiático

 

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